Cuando oímos la palabra “maltrato”, muy fácilmente nos llega a la cabeza alguna imagen, comportamiento, sensación o sufrimiento. Sabemos qué quiere decir, aunque a veces nos cueste identificarlo o defendernos. Es un término muy popularizado, y apenas estamos empezando a ser conscientes de ello. Pero ya lo tenemos en el diccionario.
Ahora bien, si te digo “ejercemos el Buentrato”, ¿cómo te quedas? ¿Sabrías definir en qué consiste?
No te extrañes si no es así. Es un concepto que no tenemos presente, ni siquiera sale en el diccionario. A mí me llegó por la psicóloga, psicoterapeuta y sexóloga Fina Sanz. Como ella bien dice, lo que no llamamos no existe.
El buentrato es literalmente, lo opuesto al maltrato. Parte del concepto del amor. Pero no sólo amor en pareja -normalmente lo primero que entendemos-, sino como expresión de todos los afectos. En cambio, él maltrato generalmente parte o bien de la ausencia del amor o bien -también- del propósito de tener o ejercer poder sobre el otro.
Sanz define al Buentrato como “una expresión del respeto y amor que merecemos y que podemos manifestar hacia nuestro entorno, como un deseo de vivir en paz, armonía, equilibrio, de desarrollarnos en salud, bienestar y gozo. (…) Poner nuestra energía e intención en el bienestar, en la felicidad propia y del mundo que nos rodea.”
No es un concepto ingenuo, tiene en cuenta que en la vida hay momentos difíciles, tristes, duros y gente que nos lo pone difícil. El buentrato es otro enfoque para encararlo y gestionarlo, también para poner límites personales y superar los malos momentos.
Tanto el maltrato como el buen trato se dan en 3 ámbitos: el personal (individual e interno), el relacional (con las personas que nos rodean) y el social (en nuestra sociedad, cultura y con las instituciones y organizaciones que nos influyen). En este artículo te pondré algunos puntos de en qué consiste el buen trato relacional para que se tenga presente en relaciones en pareja, pero también entre familiares, amigos, conocidos, amantes… ¿Hacemos tribu?
En un Buentrato Relacional:
1.- Las personas que participan deben querer “bientratarse”, activamente y si puede ser, con ganas.
2.- Es ideal si las personas se dan un buen trato a sí mismas. Lo facilita enormemente.
3.- Hace falta respeto mutuo. Imprescindible. Éste se da escuchando a la otra persona y sus necesidades, aprender a apoyarla o acompañarla según convenga en sus dificultades. Y, sobre todo, intentar no cambiar o desarrollar al otro. Cada uno tenemos un camino propio.
4.- Son relaciones de cuidado mutuo. De dar y recibir. Esto implica tener presente el disfrute de recibir cuidado, pero también de darlo (¡Que también está bastante bien!). Es necesario confiar, hay que estar disponible para tener esta buena relación. Esto incluye tener espacios propios como respetar los del otro.
Por tanto, tenemos que la base de las relaciones de buen trato es el respeto, la disponibilidad y las ganas de experimentar el placer tanto de dar como de recibir cariño. Todo esto se da en un marco de acuerdos compartidos. No pueden darse estos acuerdos sin confianza ni respeto.
Encuentro muy interesante este concepto porque si no conocemos, vivimos y experimentamos el buen trato no podremos sustituir el maltrato por ninguna práctica nutritiva y que fomente el bienestar. A la naturaleza no le gusta el vacío. Es necesario que tengamos presente por qué alternativa queremos cambiar el maltrato, también el que nos ejercemos a nosotros mismos.
Marina Vivó
Psicóloga Colegiada nº 17.478
BIBLIOGRAFÍA: Sanz, F. “El Buentrato como proyecto de vida.” Ed. Kairós (2016).
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