LOS EJERCICIOS DE KEGEL

Los ejercicios de Kegel fueron inventados por el doctor Arnold H. Kegel en el 1948 con el objetivo de dar ayuda a los problemas de incontinencia urinaria que sufren muchas mujeres en la menopausia, después del parto y en la tercera edad. Después de haber practicado los ejercicios, las pacientes del Dr. Kegel le relataban que el placer sexual había aumentado y la intensidad del orgasmo era mayor. Este hecho permitió plantear la aplicación sexológica de los ejercicios de Kegel. Por otro lado, los hombres que sufren incontinencias o han sido intervenidos de la próstata también pueden practicar estos ejercicios. Los beneficios no se quedan solo aquí, puesto que la práctica continuada permite retrasar la eyaculación. Por lo tanto, lo pueden practicar tanto hombres como mujeres teniendo en cuenta que los beneficios son diferentes.

¿Cómo se practican estos ejercicios? En primer lugar, se tiene que identificar la zona del periné para poder trabajar. La mejor manera de saberlo es retener la orina durante unos segundos en el momento de orinar. En este momento, se contrae una zona que va desde los genitales hasta el ano. Esto no significa que se tenga que ir a orinar al lavabo para hacer el ejercicio, solo se trata de identificar y retener el movimiento que se tendrá que realizar posteriormente. Esta zona recibe el nombre de musculatura pubocoxígea o PC. Una vez identificada esta zona, se tiene que contraer durante tres segundos, es decir, se contrae contando hasta tres y se suelta contando hasta tres. Se puede acompañar de ejercicios de respiración en lugar de contar los segundos. Es importante que estos ejercicios se realicen de forma pausada porque un sobreesfuerzo puede ocasionar molestias en la parte baja de la espalda. Por lo tanto, el más adecuado es contraer esta zona sin hacer especial fuerza. Este ejercicio se tiene que repetir diez veces en tres momentos del día. Una buena estrategia para evitar el olvido es asociar este ejercicio en tres momentos del día que forman parte de situaciones cotidianas como, por ejemplo, comidas, cepillado de dientes…

Uno de los requisitos para que funcione es la constancia. Por lo tanto, se tiene que practicar durante tres veces en el día para empezar a percibir sus beneficios al cabo de tres meses. Pasado un mes de práctica, se tiene que intensificar hasta seis según y, cuando ya se haya practicado dos meses, se tiene que llegar a los nueve segundos de contracción de la musculatura PC.

Habrá una mejora de las sensaciones de placer sexual: orgasmos más intensos, mayor sensibilidad, mayor retraso de la eyaculación, etc
Después de este ingrediente para favorecer una buena vida sexual, solo falta ponerlo en práctica y disfrutar de las muchas posibilidades que abre la sexualidad. ¡Buen provecho!