INTELIGENCIA SEXUAL

¿Conoces el concepto de Inteligencia Sexual?
¿Te gustaría saber si eres una persona inteligente sexualmente?
¿Cómo potenciar la inteligencia sexual?

Sheree Conrad y Michael Milburn crearon el concepto de inteligencia sexual a partir de una investigación que realizaron donde vieron que, a pesar de que las personas consideraban que la sexualidad es una parte muy importante de su vida, cuando se les preguntaba cómo era su vida sexual respondían que no era satisfactoria, había muchas disfunciones sexuales y problemas de comunicación con la pareja. La inteligencia sexual no depende de la suerte, ni de la belleza ni de un sex appeal innato, sino depende de las habilidades que la gente puede adquirir, desarrollar y dominar a lo largo del tiempo. Por tanto, esto significa que todo el mundo tiene derecho a aspirar y puede intentar obtener una vida sexual mejor. Las personas inteligentes sexualmente son capaces de salir adelante con la vida, mientras las que no lo son suelen quedar atascadas en algún aspecto fundamental, obsesionadas por una decepción intensa en el terreno sexual o bien dando vueltas a un mismo conflicto doloroso una y otra vez.

Ser sexualmente inteligente no significa sólo conocer todos los factores biológicos que afectan al comportamiento sexual, la clave de la inteligencia sexual es el conocimiento de nosotros mismos

Esto significa superar los mitos que superan nuestra sexualidad para sacar a la luz nuestros deseos auténticos que llamaremos yo sexual secreto y adquirir las habilidades emocionales y sociales necesarias para compartir con nuestro ser real con la pareja y potenciar al máximo las posibilidades de llegar a tener una vida sexual feliz. A pesar de la aparente sofisticación de nuestra sociedad en cuanto a la sexualidad, todavía se reduce chafardear o hacer bromas sobre las aventuras sexuales, demostraciones de una buena vida sexual en lugar de hablar de los propios sentimientos y, a veces, problemáticos.

En la investigación realizada por Conrad & Milburn llamada Proyecto Inteligencia Sexual, descubrieron que una amplia mayoría de persona dicen a los encuestadores y psicólogos que dan una importancia a una buena vida sexual y, sin embargo, asombrosamente pocas personas tienen una vida sexual satisfactoria. Además, existe un gran número de disfunciones sexuales como la disfunción eréctil, eyaculación precoz o la incapacidad para llegar al orgasmo que les hacen muy difícil la práctica del sexo. Esto no sólo ocurre con parejas casadas desde hace unos años, sino también entre las personas jóvenes. Tal y como expone la encuesta de hábitos sexuales realizada por el Ministerio de Sanidad (2013), un 14% de los hombres expone que no tiene relaciones sexuales por falta de deseo sexual a diferencia de un 8% en el caso de las mujeres. Un tercio de la población mantiene una frecuencia de mantener relaciones sexuales cada dos o tres días y otro tercio una vez por semana. Más de la mitad de la población está bastante satisfecha de su vida sexual así como del número de relaciones sexuales. Más de la mitad de las personas no contestan a las características físicas, personalidad o materiales que hagan que se desee a otra persona. La mayor preocupación por los hombres es no tener una pareja sexual; por el contrario, las mujeres la pérdida de deseo sexual.

Más del 60% reconoce que no pidió ayuda frente a dificultades y problemas relacionados con la sexualidad

  1. Conocimientos sobre el sexo: una de las diferencias fundamentales es que las personas sexualmente inteligentes poseen información científica y rigurosa sobre la sexualidad humana que utilizan para guiar sus decisiones y comportamientos sexuales. Por tanto, éste es el primer paso a alcanzar. En primer lugar, es necesario desarrollar la habilidad de descubrir y superar los mitos sobre el sexo que están arraigados en nuestra cultura provenga de la familia, de la religión, del patio de la escuela o de la cultura popular. Un ejemplo es el mito del enamoramiento repentino, esa chispa percibida a ambos lados de una habitación a tope y que asegura no sólo la satisfacción sexual, sino la felicidad total. Otras creencias erróneas son: una persona con un pene más grande tiene más potencia sexual, las mujeres sólo pueden tener relaciones sexuales si hay un vínculo emocional o los hombres tienen más deseo sexual que las mujeres.
  2. La conciencia del yo sexual secreto: una vez liberados los mitos y creencias erróneas sobre sexualidad, el segundo paso hacia una vida sexual mejor consiste en conocer nuestra propia sexualidad: qué nos excita, qué nos resulta difícil, qué nos atrae , qué preferimos… las personas inteligentes sexualmente se conocen a sí mismas, entienden bien su yo sexual secreto, la pauta de los deseos, necesidades, preferencias, temores e incluso traumas que condicionan su comportamiento sexual. Si no nos conocemos a nosotros mismos, a menudo seremos incapaces de poner en práctica los conocimientos científicos adquiridos. Por ejemplo, una persona que mantiene relaciones sexuales motivada por el deseo de aprobación del otro quizá no sea capaz de negarse a practicar el sexo sin protección, aun sabiendo que le pueden contagiar el SIDA o tener un embarazo no deseado.
  3. Relacionarse con los demás: las habilidades sociales o interpersonales que incluyen la capacidad de hablar con la pareja de su propia vida sexual y de entender el yo sexual del otro. Para muchas personas, el simple hecho de reunir el valor necesario para hablar con la pareja de la vida sexual común es difícil. Una de las cosas que la mayoría de las personas aprende muy pronto en el seno de la familia es no hablar sobre el sexo. Cuando se rompe este código de silencio y se abre a la pareja, hablar es un medio poderoso para superar los mitos, descubrir nuestros sentimientos sexuales reales y crear una atmósfera de intimidad. La inteligencia sexual implica aprender a ser personas sinceras con nosotros mismos y con la pareja sobre quienes somos desde el punto de vista sexual. Esto incluye la práctica del sexo en una relación actual, como si intenta entender qué se estropeó desde el punto de vista sexual en una relación ya terminada o hable de sus preocupaciones con una amistad o enseñe a sus hijos e hijas a afrontar el nacimiento de la sexualidad. Cuando se esconde o reprime esta parte de nosotros mismos, los resultados son igual de destructivos que si nos quedamos en nuestras emociones.

Como síntesis del artículo, cabe resaltar que el paso esencial para desarrollar la inteligencia sexual es ser sincero con uno/a mismo/a en cuanto a los verdaderos deseos y analizar cómo los mensajes negativos nos inculcan miedo, vergüenza y generan demasiado silencio. Fomentar el diálogo es clave para descubrir experiencias personales, compartir fantasías sexuales, diferencias de necesidades sexuales, preferencias y deseos, dificultades y disfunciones sexuales…