GESTIÓN DEL TIEMPO

Un viaje de ida pasa más lento que un viaje de regreso. Cuando una persona se divierte, el tiempo pasa volando. El tiempo es eterno cuando una situación produce ansiedad. Dos personas hace tiempo que no se ven, se reencuentran y sienten que no ha pasado el tiempo. Existe la creencia popular de que el paso del tiempo cura las heridas del pasado. La previsión del tiempo del próximo fin de semana indica que hará buen tiempo en la provincia de Lérida. En la fiesta de cumpleaños de una persona que cumple 89 años, está convencida de que tiene 82 años: el tiempo se ha detenido. Pasado, presente y futuro forman parte de la línea del tiempo. Pero, ¿qué es exactamente el tiempo? ¿Existe el tiempo? La palabra tiempo proviene del latín tempus y, según el diccionario, el tiempo significa la magnitud física que mide la duración o separación de eventos sujetos a cambio, de los sistemas sujetos a observación.

El estrés es un gran problema de salud por nuestra sociedad actual. El estrés y la depresión afectan a un 54% de la población española y las bajas laborales por estos dos motivos provocan una gran pérdida económica cada año. “No tengo tiempo” es una expresión demasiado utilizada. La dificultad en organizarse el tiempo, asumir más responsabilidades de las posibilidades que tiene una persona, la carencia de autodisciplina, la tendencia a dejar las tareas inacabadas, el mal hábito de no delegar, no dedicarse un espacio necesario al descanso personal o no poner un límite entre el espacio personal del profesional genera mucho estrés. El tiempo es imprescindible, inexorable, inelástico e insustituible.

Es un recurso limitado: tenemos lo que tenemos y no podemos conseguir más

Por tanto, como el tiempo no es un chicle que se puede estirar bajo nuestro criterio e interés, se debe partir de la realidad del tiempo, no de la fantasía ni del deseo. Un buen ejercicio es observar cómo nos organizamos el tiempo: ¿en función de las obligaciones o en función del tiempo? La gestión del tiempo más efectiva no tiene que ver con complacer a los demás ni dejar las cosas para después ni tampoco al caer en la trampa de la actividad.

Lo adecuado es organizarnos en función del tiempo, no en función de las obligaciones

Una persona puede quejarse de cómo utiliza el tiempo, pero no de no tenerlo. Por tanto, cuando alguien piense en la frase “No tengo tiempo”, es necesario transformarla en una pregunta ¿En qué quiero invertir mi tiempo?. Tal y como decía Séneca, “nuestro tiempo en parte lo roban, en parte nos lo toman, y lo que nos queda le perdemos sin darnos cuenta“. La solución se encuentra en una buena gestión del tiempo, no depende del volumen de trabajo o del entorno laboral.

Nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores, otra vez a brindar con extraños ya llorar por los mismos dolores”. Tal y como expresa este fragmento de la canción En el último trago (1995) de Chavela Vargas, el tiempo es una fuente de aprendizaje si sabemos cómo utilizarlo. El tiempo no es el fin, es simplemente un medio.