Estereotipos, prejuicios y fakes sobre dejarlo con la pareja
En una cultura donde el matrimonio ha sido históricamente un sacramento vitalicio, es inevitable irse construyendo una idea de lo que significa la separación, aunque sea por oposición a la idea que tenemos de unión, de pareja, del amor y las relaciones.
Por tanto, TODOS tenemos prejuicios sobre la separación, el divorcio y la ruptura. La cuestión es reconocer cuáles son estas ideas que hemos ido asociando de forma automática y plantearnos si se amoldan a la realidad del mundo donde vivimos. Spoiler: no lo hacen. Al menos la mayoría que he ido encontrando.
– La separación es el final del amor
Si las parejas se unen por amor, y éste es el ingrediente esencial de cualquier relación “El amor lo puede todo,” “All you need is love.” Entonces, es normal que veamos la ruptura como la desaparición de todo cariño y sentimientos existentes. La lástima es que estas frases tan bonitas no aguanten el peso de la realidad.
No hace falta ser terapeuta de pareja para ver que hay muchos motivos para emparejarse y desemparejarse; y que a menudo, tal y como desarrolla el padre de la psicología cognitiva Aaron Beck en su libro homónimo: el amor no es suficiente. *
Beck, A. T. (1988). Love is never enough. Harper & Row.
A veces se toma la decisión de separarse precisamente por amor: por amor a uno mismo, por amor a los hijos y por qué no, por amor a la pareja. Porque quizá ésta sea la decisión que aporta al otro el mayor bienestar.
– Separarse es fracasar
Separarse es una solución. A veces, la mejor solución a matrimonios que nos restan satisfacción y plenitud.
Sería absurdo no admitir que existe un proyecto de pareja que acaba con la separación. Que muchas veces es indeseada y difícil de gestionar, pero ¿por qué la connotación negativa y peyorativa hacia uno mismo?
Si el resultado de la separación fuese siempre negativo, nadie lo haría. No solemos tomar decisiones equivocadas expresa y precisamente separarse es una decisión muy difícil de tomar. De hecho, es más difícil separarse que no hacerlo.
He estado tentado a escribir que “fracasa la pareja, pero gana el individuo,” pero es que muchas veces, hay parejas donde la separación es lo mejor que les podría ocurrir. Parejas tóxicas y envenenadas. Parejas violentas y abusivas. Parejas vacías e infelices. ¿Acabar con según qué tipo de relación de pareja puede considerarse realmente un fracaso?
En ocasiones, el fracaso es seguir en la relación.
– Separarse perjudica a los hijos
Separarse tiene consecuencias para los hijos, pero no hacerlo también.
Cuando la excusa se viste de altruismo “No me separo por los hijos” es muy difícil de rebatir, ya que para muchos no hay mayor bondad que hacer el bien por los que quieres. Es un argumento tan sólido que corremos el peligro de creerlo sin cuestionarlo, y además es la excusa perfecta para evitar el cambio. De alguna forma me recuerda a quienes dicen que pueden dejar de fumar cuando quieran, pero no lo hacen porque ahora no quieren.
El peligro para los hijos no es separarse, sino la forma en que se gestiona esta separación.
Separados o no, lo que es claramente perjudicial para los hijos es un ambiente hostil y violento, donde no existen acuerdos de convivencia y donde los distintos miembros de su entorno están cansados, insatisfechos y malhumorados.
– Se ha superado una separación cuando se olvida el ex
Las cosas que han sido importantes en la vida no se olvidan y normalmente cuanto más nos esforzamos por suprimir aquellas personas y eventos traumáticos, con más fuerza embate el recuerdo.
En el futuro habrá detalles, lugares y momentos que activarán memorias de lo vivido; y por supuesto aquellas parejas que comparten hipoteca, amigos y sobre todo hijos en común con una expareja, tendrán que hacer un importante esfuerzo de integración.
Superar nunca es olvidar, si no aprender a vivir con nuestro pasado de forma sana y equilibrada.
Escrito por: Esteve Planadecursach Psicólogo col. nº. 21.691