LA SEXUALIDAD EN TIEMPOS DE COVID

Ya han pasado más de seis meses desde que decretaron el estado de alarma y estuvimos confinados en nuestro domicilio. Durante todo este tiempo, hemos seguido muchas recomendaciones para proteger nuestra salud física, así como la de los demás. Utilizar la mascarilla, mantener una distancia física de 1,5 metros cuando hablamos con otra persona o lavarnos las manos son las medidas más escuchadas en lo que va de año; en cambio, si nos referimos a la salud sexual, no hemos escuchado mensajes que nos permitan gozar de la sexualidad con la tranquilidad de protegernos del contagio del COVID.

Desde el inicio de la pandemia, se difundieron guías en Nueva York y en Irlanda. Justamente esta semana la Agencia de Salud Pública de Barcelona también se ha sumado exponiendo medidas similares a las anteriores:

  • Se recomienda no besarse ni intercambiar saliva con quien no se conviva
  • Utilizar preservativos para el sexo anal y barreras dentales por el sexo oral
  • Ducharse, lavarse las manos y los juguetes sexuales, en caso de utilizarse, con agua y jabón antes y después de tener relaciones sexuales
  • Se recomienda reducir al mínimo las relaciones sexuales con personas no convivientes
  • Espacios abiertos, grandes y bien ventilados son aconsejables para mantener relaciones sexuales
  • Las prácticas sexuales más seguras son la masturbación individual, visionar pornografía, sexting y cibersexo

El COVID no es una infección de transmisión sexual, aunque puede transmitirse por vía sexual

Estas medidas y recomendaciones en materia de salud sexual se basan únicamente en la seguridad y prevención del contagio del virus sin tener en cuenta la satisfacción, la intimidad y la comunicación que se establece en una pareja sea estable o, incluso, esporádica . Entre el extremo de tener relaciones sexuales con mascarilla vigilando las posturas sexuales y tener una lista de amantes interminable sin tomar ninguna medida, es necesario asumir que la sexualidad en época de pandemia seguramente no será como nos gustaría. La seguridad tampoco la tenemos en una relación de pareja estable porque el confinamiento terminó en mayo. Nos relacionamos con otras personas, esto significa asumir el riesgo de contagio por que la vida sigue adelante y, al mismo tiempo, tomar las medidas necesarias para reducir el riesgo cuando tenemos relaciones sexuales sintiéndonos cómodas en ese intercambio íntimo.

La forma de trabajar, viajar, reunirnos con más de 10 personas, bailar y, por supuesto, la forma de ligar ha sufrido cambios en los últimos meses. Los espacios donde habitualmente se ligaba han desaparecido porque los locales de ocio nocturno, fiestas y discotecas están cerradas. Si le sumas ir con mascarilla, la dificultad para interactuar con otras personas se hace más compleja en la actualidad. A menos que haya alguna alteración emocional, lo que no ha cambiado es la necesidad de conocer gente nueva, el deseo de enamorarse y las ganas de tener relaciones sexuales. Ligar en un bar, en la cola del supermercado o en la parada del bus sigue siendo posible, aunque la mascarilla enmascare nuestra sonrisa.

¡Atrévete a dar un primer paso si unos ojos te seducen con su mirada!

Como los seres humanos tenemos mayor capacidad de adaptación de lo que nuestra mente cree, las opciones de ligar a través de las redes sociales y de aplicaciones se están convirtiendo en la forma de ligar predominante.

¿Qué ventajas e inconvenientes tiene ligar virtualmente? En una reciente encuesta en mi perfil de Instagram @danielborrellgiro, un 65% ha contestado que es más selectivo/a antes de tener una cita con una persona desconocida y un 38% expresa tener miedo al contagio. Actualmente, todo va más despacio en el momento de conocer a alguien. Ya no importa tanto coleccionar amantes en forma de trofeos o números, sino tener conversaciones más íntimas antes de decidir tener una primera cita presencial. Durante el confinamiento, había aumentado un 22% la duración de los chats y un 9% habían utilizado el vídeo chat para tener un primer contacto audiovisual. Esto significa que se empieza a buscar algo distinto.

La pantalla nos ofrece la posibilidad de pensar más las respuestas, estar más cómodo y también ligar de día

Merece la pena recordar que una sexualidad satisfactoria influye positivamente en nuestro estado de ánimo, bienestar emocional (alivio de pensamientos depresivos, recarga de la capacidad memorística, conciliar el sueño o, incluso, aumento de la esperanza de vida) y en nuestro cuerpo (prevención de infartos, aumento de la musculatura, tonificación del suelo pélvico y aumento de las defensas, entre otros). A pesar de todas estas ventajas, es comprensible sentir miedo al contagio porque tener relaciones sexuales implica besarse, estar muy cerca uno del otro, acariciarse con las manos, realizar prácticas sexuales intercambiando fluidos, etc. No existe una evidencia de que el virus se transmita a través del sexo vaginal o anal, aunque se ha encontrado en personas que han dado positivo; en cambio, exponerse a la respiración o saliva durante las relaciones sexuales hacen más probable un posible contagio.

De la misma forma que las personas nos protegemos de las ITS con métodos de barrera o del VIH con la PReP, la sexualidad es una fuente inagotable de placer, comunicación, intimidad y bienestar. Por eso, tener relaciones sexuales de forma responsable y segura siempre nos permite disfrutarla más y mejor. No importa si lo haces en compañía o con tu propia mano, lo importante es actuar desde la conciencia, responsabilidad y sentido común teniendo toda la información necesaria para tomar las decisiones más adecuadas.

Aquí os dejo con el cortometraje HIDROALCOHÓLICO (2020) donde aparece el deseo y el miedo en un encuentro sexual de dos chicos conocidos a través de una app.

VIDEO https://youtu.be/R46Skd6HLiM

Daniel Borrell Giró, psicólogo sanitario, terapeuta sexual y de pareja danielborrell@quantumpsicologia.com