Marta es una trabajadora social que se dedica a la atención de mujeres que han sufrido violencia en sus relaciones. Últimamente ha atendido a dos mujeres que han sufrido violencia sexual y le cuesta conciliar el sueño; le vienen imágenes intrusivas de los relatos que ha escuchado en las entrevistas. Pere es médico en una unidad de cuidados paliativos, le gusta mucho su trabajo, pero de repente se encuentra cansado, irritable, le cuesta ponerse en marcha y tomar decisiones.
Los riesgos emocionales de la atención a personas.
Los cambios que experimentan estos profesionales se deben a la fatiga compasiva también conocida como trauma vicario. Las personas que ejercen profesiones del ámbito de la psicoterapia, la enfermería, la medicina, el trabajo social, y todas aquellas relacionadas con situaciones de crisis como la policía, el cuerpo de bomberos, atención telefónica en situaciones de emergencia, periodistas, profesionales de la justicia, están más en riesgo de sufrir fatiga compasiva (Figley&Stamm, 1995), por el rol de ayuda que implica su trabajo.
El contacto con el dolor, la angustia, el deterioro, los temores, la pérdida afectiva, la confusión, la violencia no nos dejan indiferentes.
Los profesionales deben aprender a utilizar estrategias de afrontamiento adecuadas para conciliar la relación de empatía y el cuidado de su salud.
El exceso de carga emocional mal gestionada conduce a la saturación y a un mecanismo defensivo que conlleva la desvinculación emocional y la deshumanización en la asistencia.
Cuando aparecen sentimientos de impotencia, de frustración, la sensación de fracaso, la sobreimplicación del profesional que ofrece la atención o el deseo de abandonar la tarea es hora de plantearse de qué recursos personales se disponen para hacerle frente. La gestión de la distancia adecuada, el desarrollo de la atención consciente, la regulación de la imaginación del profesional y del diálogo interior, estructurar el autocuidado, potenciar la posición del observador, son algunas de las herramientas que podemos utilizar para preservarnos en nuestra tarea.
En el ámbito de equipo y organización es fundamental crear espacios de supervisión, y de formación para fortalecer las capacidades resilientes de los y las profesionales frente a las situaciones adversas que comporta su trabajo.