SE HA DE JUBILAR LA SEXUALIDAD

La vejez se inicia a los 65 años y termina con la muerte. Esta clasificación no se corresponde con el proceso de envejecimiento fisiológico ni con la vida sexual, sólo con el criterio de la edad. Por tanto, es una construcción social. Hay que tener presente que el número de mayores aumenta, pues ha dejado de ser una minoría social para pasar a ser una de las mayorías sociales. Además, la duración de la vida es cada vez mayor. Por tanto, la vejez es un período largo e importante de la vida que no se puede ver como una involución ni como un final.

Desgraciadamente, el modelo de valores dominantes es un modelo joven con el consiguiente miedo a envejecer que considera esta etapa como un período de involución o deterioro.

Cuando hablamos de la sexualidad en la tercera edad, no se trata de imponer un modelo joven de sexualidad a las personas mayores, sino dar la oportunidad de compartir la intimidad con otra persona. Por tanto, se entiende la actividad sexual no como una actividad orientada al coito, sino en un sentido más amplio relacionado con la comunicación, cariño, contacto corporal, seguridad emocional y sentirse querido/a. No se debe imponer un modelo joven de actividad sexual haciéndoles sentir personas incapaces. Las necesidades emocionales del individuo en la vejez se pueden cubrir a través de una relación sexual que no siempre termina en coito. ¿Cuáles son estas necesidades emocionales? Estamos hablando de abrazos, cariño, expresión de emociones, relaciones sociales, etc.. por tanto, no debemos obligar ni se deben obligar las personas mayores a practicar el coito ya que están jubiladas de toda exigencia sexual! Deben darse la posibilidad de tocarse, enamorarse, atraerse, acariciarse, etc. La sexualidad es mucho más que la suma del coito, las prácticas sexuales y la edad.

La adaptación a los cambios fisiológicos y psicológicos que aparecen en la vejez puede favorecer un enriquecimiento de la sexualidad porque esta está libre del miedo al embarazo y se caracteriza por un deseo menos controlado de la descarga eyaculatoria por parte del hombre. Si existen problemas para aceptar el envejecimiento, dolor en las relaciones sexuales, rechazo o inhibición por parte de la pareja, la adaptación será más compleja de asumir. Por tanto, la satisfacción sexual está relacionada con la calidad de las relaciones interpersonales.

Una de las características es que la gente mayor esconde sus deseos y manifestaciones sexuales a los jóvenes y adultos, porque éstos niegan su sexualidad y critican a la gente mayor que se interesa por ella. De todas formas, la sexualidad en la vejez es muy variable de unas personas a otras porque no hay patrones comunes.

Atribuir un modelo único de vivir la sexualidad es un error propio de los estereotipos.

La necesidad de contacto íntimo y comunicación es lo más importante. Además, la satisfacción sexual no disminuye necesariamente a lo largo de los años, en bastantes casos mejora. El 40% de las mujeres afirma una mejora en la satisfacción y el 27% de los hombres también lo afirma. Por lo que respecta a las diferencias entre hombres y mujeres, la actividad sexual de la mujer suele depender de los deseos y capacidades del hombre más que de sí misma por la doble represión: ser mujer y ser mayor. Por lo que respecta al sexo masculino, su principal problema psicológico es el miedo a perder su capacidad eréctil.

Las personas mayores tienen la misma necesidad de intimidad que en la infancia, juventud y etapa adulta; sin embargo, tienen más dificultades sociales para resolverla. Algunas de las creencias en torno a la sexualidad son las siguientes:

  • La gente mayor no tiene intereses sexuales.
  • Las personas mayores que se interesan por la sexualidad son inmaduras o perversas.
  • La gente mayor no tiene capacidad fisiológica para tener conductas sexuales.
  • La actividad sexual debilita, pues es mala para la salud.
  • La satisfacción sexual disminuye después de la menopausia.
  • Los hombres mayores tienen interés por la sexualidad, pero las mujeres mayores no.
  • La masturbación es una actividad que desaparece en la vida adulta.
  • La vida sexual se prolonga con la inactividad y la abstinencia.

Algunas estrategias que se pueden utilizar para mejorar la vida sexual son las siguientes: cuidarse el atractivo corporal evitando situaciones de abandono, utilizar estímulos sexuales externos, utilizar lubricantes para resolver los problemas de sequedad vaginal, terapia hormonal bajo prescripción médica, poner el énfasis en la calidad de la relación, practicar los ejercicios de Kegel, priorizar las actividades sexuales que no requieran erección, aceptar que la dificultad en mantener la erección es una limitación de la edad, aprovechar el momento de erección matutina, y darse un permiso social para establecer nuevas relaciones y aceptar la libertad entre ellos y ellas, entre otros.