Estamos en el centro de Barcelona

hola@quantumpsicologia.com

693.729.607

QUEDARSE EN RELACIONES DE ABUSO DEJA SECUELAS

Convivir con una persona violenta, abusiva y/o experimentar constantes situaciones traumáticas, con el tiempo, pasa factura, pueden presentarse síntomas de orden emocional, físico o ambos. Además, las secuelas derivadas del trauma y el abuso pueden observarse en el cerebro, ya que lo modifican.

Una de las consecuencias más importantes que se aprecian en las personas que han sido abusadas es el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Algunos de sus síntomas pueden ser: estado de alerta constante, miedo, ansiedad, pensamientos o recuerdos intrusivos (flashbacks), pesadillas, irritabilidad, dificultad para concentrarse.

En el caso de personas que han sido abusadas en el sistema familiar, hablamos de trauma complejo, que incluye trauma relacional y trauma de desarrollo; y en el caso de las víctimas que reciben abusos por parte de sus parejas, hablamos de trauma relacional.

En su libro Familia cero, el Dr. Iñaqui Piñuel describe los efectos neurológicos del trauma a las víctimas de familias abusadoras; señala que en casos de trauma relacional no se trata tanto de un evento de alta intensidad, como es en el trauma agudo, sino, más bien “del gota a gota o tántalo que la víctima recibe en un entorno del que no puede escapar, que le somete a indefensión”.

Según Piñuel, en la clínica se puede apreciar otro conjunto de reacciones como: embutido emocional, desinterés, desconexión del entorno, desrealización, frialdad emocional o congelación, despersonalización, amnesia disociativa y sensación de irrealidad.

¿Qué puede observarse en el cerebro?

Ya existía evidencia del efecto del trauma agudo en el hipocampo, como demuestran los estudios realizados con veteranos de guerra con TEPT, que presentaron una contracción en el hipocampo. Sin embargo, también se observa una disminución del hipocampo en víctimas de trauma relacional o de desarrollo.

En un estudio realizado en niños víctimas de abuso y TEPT por las Universidades de Nueva Orleans y Stanford, dirigido por el psiquiatra Allan Reis, se halló una correlación entre los niveles de cortisol (la hormona del estrés), la gravedad de los síntomas de TEPT y una disminución en el volumen del hipocampo derecho a lo largo del tiempo.

¿Qué significa una disminución del hipocampo?

El hipocampo ayuda a almacenar y liberar memoria, y es vital para la memoria a corto plazo. Por tanto, juega un papel importante en el aprendizaje, el cual depende de la memoria a corto plazo: sin memoria no hay aprendizaje.

Asimismo, las víctimas de relaciones abusivas viven en un estado de alerta casi continuado, esto implica una activación de la amígdala (el cerebro reptiliano), que es donde se produce la respuesta de lucha o fuga. La amígdala conserva la memoria de lo que sentimos, vimos y escuchamos en cada experiencia dolorosa.

Goleman explica que la producción cerebral de nuevas neuronas y sus conexiones tiene lugar en el hipocampo, y que éste es especialmente vulnerable a la angustia emocional continua, debido a los efectos nocivos del cortisol. El hipocampo pierde las neuronas que el cortisol ataca, y se reduce de tamaño. De hecho, la duración del estrés es casi tan destructiva como el estrés extremo.

Según Goleman, el cortisol estimula la amígdala a la vez que daña el hipocampo, lleva nuestra atención a las emociones, al tiempo que restringe nuestra capacidad para asimilar nueva información.

Mientras que el hipocampo es indispensable para memorizar, aprender y recordar, en la amígdala se registran los recuerdos emocionales como la culpa, la vergüenza o el miedo.

Piñuel explica que, en situaciones de trauma, el cerebro se activa a un nivel superior de energía, detrás de la supervivencia, y que muchos delicados circuitos neuronales acaban fundiéndose o resultan en un funcionamiento anormal. El impacto del trauma genera una aceleración emocional.

Por tanto, cuanto más tiempo se quede en una relación emocionalmente abusiva, se produce más deterioro del hipocampo y mayor activación de la amígdala.

Laura López Galarza

Psicóloga Sanitaria. Colegiada 17148

Bibliografía

Bremner, D. “Destacar el hipocampo: por qué es importante”. Scientific American. Blogs.scientificamerican.com/news-blog/stressing-the-hippocampus-why-it-ma/

Brown, L. “Neurociencia: el impacto impactante que tiene el abuso narcisista en el cerebro”. HackSpirit. https://hackspirit.com/3859-2/

Goleman, D. “El trauma severo puede dañar el cerebro y la psique”. The New York Times. http://www.nytimes.com/1995/08/01/science/severe-trauma-may-damage-the-brain-as-well-as-the-psyche.html?pagewanted = todo

Piñuel, I. “Familia Cero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia”, La esfera de los libros, S.L. Edición de Kindle, 2020.

Saeed, K. “El abuso narcisista a largo plazo puede causar daño cerebral”. PsychCentral. https://psychcentral.com/blog/liberation/2017/10/long-term-narcissistic-abuse-can-cause-brain-damage#1