Muchas veces nos encontramos ante la pregunta de si debería ir al psicólogo. Hay veces que esta pregunta se la hace uno mismo/a y, a veces, la plantea un/a amigo/a, compañero/a de trabajo, profesor de la escuela o familiar. Antes de tomar esta decisión que implica pedir ayuda, se debe tener en cuenta que toda persona dispone de recursos para hacer frente a las dificultades y obstáculos que se le presentan a lo largo de su vida. Hay momentos en los que estos recursos personales son insuficientes y, entonces, una persona se plantea pedir ayuda profesional para resolverla. Algunos de los motivos para pedir ayuda psicológica pueden estar relacionados con una sensación persistente de malestar poco definida, síntomas de ansiedad y/o depresión, cambios de humor bruscos, carencia de motivación en los estudios o el trabajo, sentimientos de soledad, problemas de autoestima, conflictos de pareja, dificultades sexuales, apoyo psicológico en enfermedades crónicas, adicciones, pérdida de una persona amada, etc. Todos estos motivos tienen un denominador común: el sufrimiento personal.
¿De qué puede ser útil realizar una psicoterapia? La psicología permite descubrir el problema real que existe detrás de los síntomas que provocan el sufrimiento y resolverlo con los recursos más adecuados.
Para llegar, el primer paso que debe dar una persona es aceptar, reconocer o identificar que existe algo que no funciona bien y que está interfiriendo en el bienestar personal. Seguidamente, se trata de buscar a un/a profesional de la psicología con quien poder establecer una relación terapéutica basada en la confianza, el compromiso, el respeto y la confidencialidad total. Es un soporte que ofrece escucha, comprensión y mejora personal. Este primer paso requiere motivación y compromiso por parte de quien pide ayuda.
Ir al psicólogo/a no es síntoma de debilidad ni de locura, sino todo lo contrario porque significa asumir la responsabilidad de lo que le ocurre a una persona y la decisión de hacer algo para solucionarlo.
Por otro lado, requiere menos esfuerzo dejarlo pasar, culpar a los demás de lo propio o la mala suerte en la vida. Además, todo el mundo puede necesitar acudir al psicólogo/a en algún momento de su vida. Niños, adolescentes, jóvenes, personas adultas y mayores van, pues no hay un perfil concreto de personas que acuden al psicólogo/a.
Es necesario entender el sufrimiento como una oportunidad para el cambio por su potencialidad transformadora. Por tanto, es necesario afrontar los conflictos personales para crecer como personas. Tal como expone el dr. Villegas (1996) «La finalidad de la psicoterapia no es evitar el sufrimiento, sino aliarse con él para promover el cambio».