Es frecuente, que una vez hemos identificado que necesitamos ayuda, surjan dudas acerca de adonde dirigirnos. Tanto psiquiatras como psicólogos/as son profesionales de la salud mental.
Es frecuente que en muchas ocasiones el tratamiento sea combinado e implique a los dos profesionales. Hay ciertas diferencias que quizás te ayuden a la hora de dirigirte en un primer momento a uno u otro. Este post tiene la finalidad de dar algunas aclaraciones, para ayudar a escoger el profesional adecuado.
En primer lugar, los profesionales de la psiquiatría han estudiado la carrera de medicina, posteriormente ha realizado la especialidad de psiquiatría (MIR) en la que el plan de formación contempla en los primeros años rotaciones médicas (neurología, medicina interna, urgencias) y posteriormente rotaciones específicas de la especialidad (subespecialidades). Al tener esta visión médica, será especialmente útil si alguno de los síntomas que padecemos son de tipo físico, ya que ayudará a descartar otro tipo de patología.
Para ello, como en otras especialidades médicas podrá usar pruebas complementarias, aunque lo más frecuente es llegar al diagnóstico mediante la entrevista clínica. Otra de las principales implicaciones de esta formación, es que tienen capacidad de prescripción médica, siendo normalmente, un pilar en la atención que ofrecen.
No obstante, existe la creencia (injusta a mi juicio) sobre que medicar es lo “único que hacen”. Como cualquier otro profesional de la medicina, también dará recomendaciones de hábitos y realizará acompañamiento.
Además, afortunadamente hay muchos psiquiatras que creemos en la necesidad de una formación psicoterapéutica para acompañar los procesos y cada vez son más los que se esfuerzan por tener esta doble formación.
Por otra parte, hay que reconocer que los psicofármacos han supuesto un gran avance, y han permitido de una manera efectiva y relativamente rápida acortar la intensidad y duración de los síntomas, intentando evitar su cronificación y aligerar el sufrimiento, permitiendo que procesos que afectarían de manera muy notable a nuestro funcionamiento puedan no tener consecuencias tan drásticas sobre nuestra calidad de vida. Esto permitirá también que estemos más permeables a la terapia, si es que decidimos hacerla, creando un espacio de actuación, para que seamos más capaces de aplicar las estrategias que vamos aprendiendo.
Como ocurre en otras especialidades médicas, la psiquiatría trata casos leves, moderados y graves. De igual forma que nadie debería estar acomplejado de ir, por ejemplo, al/la especialista de endocrinología por tener sobrepeso o una diabetes leve sabiendo que es un especialista que trata problemas severos de obesidad o diabetes mal controladas, no deberíamos de tener “complejo” de ir al/la psiquiatra por sentirnos “algo mal” solo porque es un/a profesional que atiende patología grave, como puede ser la psicosis.
Algunas de las consultas que más frecuentemente tratamos los/las psiquiatras en consulta tienen que ver con síntomas concretos como alteraciones en el estado de ánimo o en el sueño, ansiedad, problemas adictivos, conductas impulsivas o extrañas, pensamientos obsesivos, problemas de atención etc.
Por su parte, los/las profesionales de la psicología, ha estudiado la carrera de psicología, la cual tiene múltiples salidas (investigación, formación). Los que se quieran dedicar a la atención de pacientes, necesitarán hacer una formación añadida, o bien harán la especialidad mediante el plan de formación para ser psicólogos clínicos (PIR) o bien un máster de psicología sanitaria que les acredita para trabajar en el ámbito sanitario.
El diagnóstico se realiza mediante entrevista clínica. El tratamiento se realiza mediante terapias con evidencia científica reglada, no obstante, por ellos mismos no prescribirán medicación, sino que, si lo consideran necesario, bien por la intensidad o duración de los síntomas, recomendarán que acudas al psiquiatra.
Son frecuentes las consultas a psicología por sensaciones de malestar emocional generalizado o poco definido, insatisfacción vital, sensación de sobrecarga mental, ansiedad leve, inseguridad u otras creencias personales que afectan a la calidad de vida de la persona.
Como hemos comentado anteriormente, es muy frecuente estar en tratamiento combinado con ambos profesionales que estén en coordinación. Los casos en los que se trabaja en equipo suelen tener resultados muy satisfactorios.
De igual manera, si tienes dudas sobre con quien consultar tras leer este post, siempre puedes consultar directamente con el centro. Tras la valoración y de una forma honesta, se te podrá aconsejar el mejor profesional.
