Hacer un nuevo plato con los ingredientes que hay en el frigorífico porque estamos a finales de mes, hacer una broma ingeniosa con el grupo de amistades cuando hay una discusión, contar un cuento a un niño que está enfermo a la hora de dormir poniendo voces a los personajes, sacar a la calle las llaves del bolsillo para sumarse a una cacerolada popular, decorar el comedor de casa reciclando materiales encontrados en la calle o crear un eslogan publicitario para una empresa importante de coches son algunos de los ejemplos donde la creatividad se convierte en la protagonista necesaria para encontrar una solución a un obstáculo, dificultad y/o problema que nos encontramos día tras día.
Ahora bien… ¿de qué hablamos cuando hablamos de creatividad? La creatividad se configura como la facultad para encontrar soluciones a situaciones dignas de optimizar o a cualquier problema tanto a nivel personal, afectivo, social como laboral. La creatividad es la capacidad de idear o crear algo nuevo y original que también sea útil y beneficioso. Según Carl Rogers, la creatividad es la aparición de un producto nuevo que resulta por un lado de la singularidad de un solo individuo y, por otro, de las aportaciones que recibe este único individuo de otros individuos y de las circunstancias de la vida. Autores como Howard Gardner, Joy Paul Guilford y Robert Stenberg han abordado la relación entre creatividad e inteligencia afirmando que son capacidades mentales diferentes, pues es perfectamente posible ser altamente creativo/va y tener una inteligencia normal o poseer una gran inteligencia y no tener desarrollada la capacidad creativa. Según la teoría psicoanalítica, el proceso creador es mucho más sensible a los procesos inconscientes o preconscientes que a la simple solución de problemas.
La creatividad es uno de los rasgos de nuestro carácter que puede ayudarnos a tener vidas más satisfactorias y felices
La persona creativa es aquella capaz de producir ideas o comportamientos originales; es decir, nuevos, sorprendentes o inusuales y que además suponen una contribución positiva a la vida de esa persona en particular o de las personas en general. La creatividad es un signo de salud mental y bienestar emocional e incluso la creatividad puede ser terapéutica en sí misma como, por ejemplo, las terapias basadas en el arte, la escritura o la música que nos ayudan a expresar emociones, procesarlas y superar conflictos.
Está latente en todas las personas, aunque existe la creencia errónea de que está limitada a determinadas personas, aunque es necesario crear las condiciones necesarias para su expresión. Es una capacidad inherente a las personas que va desde personas que se consideran poco creativas o personas enormemente creativas y que se puede estimular con una serie de estrategias que expondré. Cabe recordar que las personas creativas tienen unas características similares:
- Independientes
- Inconformistas
- Poco convencionales
- Abiertas a nuevas experiencias
- Mayor flexibilidad cognitiva
- Disposición a asumir riesgos
- Uso del pensamiento intuitivo y visionario como del pensamiento lógico y racional
- Curiosidad intelectual
- Confianza en sí mismas
¿Sabes que Dalí echaba la siesta con una cucharilla en la mano y un cazo metálico debajo para poder despertarse? Se sentía más inspirado para pintar una vez que había descansado durante unos minutos
Y… si tiene tantos beneficios, ¿qué puedo hacer para estimular mi creatividad?
- El poder de la mente subconsciente: consiste en enviar un mensaje de forma clara, sencilla y corta al subconsciente para que se ponga a trabajar. Después, se pasa a otra actividad o descanso para poder generar un espacio para reordenar la información, generar ideas y, finalmente, obtener respuestas. En el momento más inesperado, se ve todo más claro y aparecen ideas en el mensaje que se ha enviado. Lo interesante de esta estrategia es que esta actividad se ha desarrollado al mismo tiempo que se desarrollaban otras tareas sin tener que asumir ningún esfuerzo consciente.
- Escuchar el cuerpo: consiste en meditar con la respiración durante unos minutos y, mientras haces este ejercicio, formula mentalmente una pregunta que necesita respuesta y repítela diferentes veces con un tono mental que sea agradable y tranquilo. Es importante que la pregunta sea muy específica con una respuesta de sí o no. Escuchar las sensaciones corporales es un buen método para detectar si aparecen sensaciones agradables o desagradables que serán la respuesta a la pregunta formulada.
- Palabras al azar: consiste en coger un libro, un lápiz y una hoja. En la hoja, escribe la pregunta que se desea transmitir al subconsciente para pedir ayuda. Seguidamente, abre el libro que has cogido por azar y enfoca tu vista hacia el centro de la página pasando rápidamente las hojas desde la primera hasta la última sin dejar de enfocar el centro. Seguidamente, repite el proceso con la contraportada mirando hacia ti y pasa las páginas en sentido contrario. Por último, coge de nuevo el libro y abre una página cualquiera. Deja que la vista caiga de forma natural en cualquier lugar de la página y escribe en el papel la primera palabra que veas. Cierra el libro y repite el proceso diez veces recopilando hasta 10 palabras en total. Después, lee las palabras e intenta comprender el mensaje que te transmiten.
- Escritura creativa: consiste en escribir de forma automática tres páginas justo después de levantarte por la mañana. Esta técnica ideada por la dramaturga y escritora Julia Cameron es una herramienta de trabajo creativo que permite superar los obstáculos mentales en la creatividad.
Confiar en el propio potencial que tenemos para transformar la realidad es la clave, por eso es importante confiar en los propios recursos, estrategias e ideas que nos permiten aprovechar las oportunidades que nos regala la vida para crecer como personas. ¡Os deseo un buen viaje!
Daniel Borrell Giró, psicólogo, terapeuta sexual y de pareja