No sé qué me pasa últimamente, no tengo ganas de hacer nada, me falta energía y estoy triste, ¿estaré deprimido?
¿Quién no se ha sentido así alguna vez? cuando parece que hemos perdido el interés por todo y no somos capaces de disfrutar de nada.
Nos sentimos pesimistas respecto a nuestro futuro y todo se nos hace una montaña.
Quien más quien menos todos hemos pasado por situaciones vitales adversas que nos han afectado en nuestro estado de ánimo. Quien más quien menos todos hemos pasado por la pérdida de un ser querido, por tener problemas en el trabajo, o por una separación, entre otras cosas.
O, simplemente, hemos perdido esa energía y parece que siempre estemos cansados.
Si estas sensaciones no desaparecen durante al menos dos semanas podemos empezar a pensar que estamos deprimidos y no está de más buscar ayuda profesional, sobre todo si vienen acompañadas de alteraciones del sueño, del apetito, o de la concentración.
Pero no es necesario ponernos nerviosos, no siempre se trata de una depresión. La mayoría de las veces estas sensaciones duran pocos días y vamos recuperando nuestro bienestar habitual.
¿Cómo distinguir la depresión de otros estados?
Podríamos decir que la depresión es un estado que se caracteriza por la ausencia de una emoción específica, por tener la sensación precisamente de no sentir nada. También de funcionar mecánicamente, sin motivación por funcionar. Y puede ir acompañada de distintos grados de ansiedad.
Aquí algunas claves para distinguirla de otros estados:
- La tristeza es una emoción real que se da como respuesta natural ante situaciones que nos generan dolor emocional. Y, naturalmente, puede provocar llanto, que es la expresión propia de esa emoción.
Si sentimos tristeza por causas que se estén produciendo o se hayan producido recientemente no tiene por qué ser sinónimo de depresión. Estas causas pueden ser un momento de soledad, una decepción, problemas laborales, una mala noticia, …
Así como la tristeza puede ocurrir en muchos momentos puntuales de nuestra vida cotidiana, el estado depresivo supone una alteración general de nuestro equilibrio emocional.
- El estar pasando un duelo también nos lleva a sentir algunas de las sensaciones antes nombradas, pero a diferencia del estado depresivo, el duelo es el estado psicológico natural que puede darse ante la pérdida de un ser querido o también ante cambios importantes en nuestra situación vital y que suele durar un tiempo limitado.
El tiempo de duelo, aunque muy variable según la persona y las circunstancias, es un tiempo que hay que vivir para poder ir asimilando nuestras pérdidas.
- La pérdida de la vitalidad o la sensación permanente de fatiga, es también atribuible a las depresiones, pero no siempre es su causa. Puede deberse a muchos motivos, aquí nombramos unos cuantos que harían descartarla:
- Una situación de estrés excesivo.
- Preocupaciones de salud o económicas.
- Un exceso de trabajo o de actividad física.
- Por insomnio persistente.
- Una gran frustración.
Lo habitual es que cuando la situación mejora volvemos a recuperar la vitalidad perdida. En caso de que no fuera así y continuara la reducción de la actividad, sobre todo de la actividad social, no descartaríamos que se tratara de una verdadera depresión.
- También podemos pasar por momentos en que por alguna cisrcumstancia estamos teniendo baja autoestima, seguramente con fuerte sentimiento de culpabilidad. Son momentos en los que nos cuesta más tomar decisiones y pasar a la acción. Solemos ver más oscuro nuestro futuro.
Si estos momentos parece que nunca acaban de pasar o han formado siempre parte de nosotros, quizás también puede tratarse de un rasgo de nuestra personalidad a mejorar.
Sergi Palma
Psicólogo Col. Nº. 10621