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“¡A JUGAR!” Sobre el juego en la psicoterapia

La psicoterapia y la relación que establecemos con el/la psicoterapeuta tiene que ver con el juego. Con el juego, tanto los niños y niñas como las personas adultas estamos en libertad de ser creadores y creadoras. Y el proceso terapéutico tiene que ver con la capacidad de construir una nueva mirada a la propia historia, a lo que me ocurre y me hace sufrir, me deja inmóvil. Y la creatividad es un buen recurso para conocerme y relacionarme con el mundo de una manera más saludable.

En la terapia infantil el juego es el eje vertebrador. Cuando somos niños y niñas vivir y jugar es lo mismo. En la adolescencia y la adultez jugar, saber jugar, es una señal de salud.

Los niños y niñas juegan por naturaleza y con el juego el niño, la niña, gestiona lo que ha vivido de forma pasiva, se convierte en la parte activa y actúa como él o ella quiere: ahora él/ella es el maestro, la dentista, la madre, el padre, la hermana, etc. Y con esto puede ir reparando su realidad “estropeada”, sus heridas.

Y los niños y niñas en un espacio psicoterapéutico juegan a lo que necesitan sanar, es decir, es su forma de llevar el tema a trabajar. Hay que acompañarlos en el juego, ponerles límites, cuidar que se cuiden e irán resolviendo las angustias y dificultades.

Con la psicoterapia de adolescentes y adultos existen también diferentes técnicas que nos ponen a jugar y con el juego podemos conectarnos con nuestra parte más creativa, intuitiva y resolutiva. Algunas de ellas son: “la silla vacía”, “dibujar el río de nuestra vida”, o bien utilizar “muñecos” para tomar una fotografía de nuestra vida afectiva actual.

Y ahora quiero compartir diferentes tipos de juego y qué podemos aprender con cada uno de ellos.

Y haceros una pregunta, ahora que hace tanto calor y que es verano: ¿actualmente con cuál de los siguientes tipos de juego te identificas?

  1. Juego estereotipado: jugamos siempre al mismo tipo de juego (juegos de mesa habitualmente) para controlar. Es un juego pseudolúdico, pues en el centro está el control de la situación. Lo que nos importa es ganar y controlar así la situación, esto nos tranquiliza. El aprendizaje será cuando podamos perder y podamos tolerarlo.
  2. Juego dramático: con ese tipo de juego intentamos denunciar una situación. Repetimos un juego, una situación una y otra vez para poder prepararnos para asimilarla y darle la vuelta. Con la repetición intentamos encontrar la variación y éste será el aprendizaje.
  3. Juego evitativo: es un juego muy formal, donde ponemos poco el cuerpo y utilizamos poco espacio, jugamos como encorsetados/as. Evitamos las fiestas de cumpleaños, las salidas en grupo… ¡El aprendizaje será conectar con la parte infantil: interrumpir, mancharse, ¡reírse en voz alta…!
  4. Juego festivo: un juego donde reina la creatividad y la alegría y que a la vez se queda con un montaje del escenario donde después no se puede jugar. Es un juego histriónico en el que estamos escondiendo tristezas y angustias. Aquí el aprendizaje radica en amarnos por lo que somos y no por lo que hacemos.

¡¡Feliz verano pasado por agua y juego!!

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