14 BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DE MINDFULNESS

Continúo, en el post de hoy, señalando las posibilidades de la práctica de la Atención Plena en nuestras vidas. Al desarrollar el «yo observador» en nuestra experiencia podemos ampliar nuestra libertad para que no nos quedemos atrapados en lo que experimentamos. Este beneficio es lo que permite:

Ampliar la conciencia

Intenta dejar de ser consciente, no percibas sonidos, ni tu respiración, ni tus pensamientos, ni tus emociones, ni tus sensaciones físicas.

Inténtalo y te darás cuenta de que es imposible.

El concepto de conciencia es un desafío para la ciencia, especialmente para la psicología. ¿Qué es la conciencia? Todos tenemos la experiencia de ser conscientes, pero es difícil identificarla y describirla. Desde un punto de vista científico podemos decir que es un producto del cerebro, aunque no sabemos si nuestro cerebro lo produce o «lo sintoniza». Cualquiera que sea el origen de la conciencia, podemos observar su doble cualidad, similar a la luz, que puede ser una onda y también una partícula. La conciencia puede enfocarse en un momento, en una experiencia que está sucediendo en aquel instante, y al mismo tiempo observar al sujeto que está experimentando ese instante sin aferrarse a él. Thich Nhat Hanh describe la mente como un televisor con cientos de canales. ¿Qué canal vas a sintonizar? Normalmente nos centraremos en la historia que nos muestra este canal, sin advertir que hay un destinatario de esta historia y miles de otras historias. A través del Mindfulness podemos observar qué canal estamos viendo, podemos cambiar de canal, podemos elegir la historia que se muestra en este momento fugaz.

La conciencia es como un espejo limpio y transparente que acoge las imágenes, que nos devuelve nuestro rostro, sea como sea, esté como esté. Pero el espejo es solo el reflejo. Así que nuestra conciencia no es solo ese momento que percibo. Es como el agua limpia y transparente que devuelve la imagen del que a él se acerca. Puedo percibir las teclas del ordenador en las yemas de mis dedos, puedo ver las letras que se están formando en la pantalla, puedo verme sentado escribiendo y leyendo, puedo percibir las sensaciones físicas de mi cuerpo. Mi conciencia reúne un número infinito de experiencias que surgen en el momento presente, y no es ninguna de ellas. Las cubre a todas, las acoge y no es ninguna de ellas.

Cuando aumentas la conciencia puedes reconocer más elementos de tu experiencia sin identificarte con ellos.

Reconocer los estados mentales de la conciencia

En este momento, te pido que percibas los sonidos, los cercanos y los lejanos, las voces, los ruidos, los de tu casa y los que vienen de la calle. Ahora lleva, por favor, tu atención al suelo que pisan tus pies, mira su color, si es consistente. También te pido que atengas al sabor de tu boca en este momento, y a los olores que percibe la nariz.

Presta atención ahora a las sensaciones físicas de tus pies, por ejemplo, a su temperatura, a su grado de tensión o relajación, a los puntos de contacto con el suelo.

Y por último, presta atención en este momento a los pensamientos de tu mente, también puedes llevar tu mente a un recuerdo y observar cómo fluyen las emociones, las imágenes o las ideas.

Todas estas experiencias son el producto de nuestra mente, son estados mentales que podemos observar desde nuestra conciencia. La naturaleza de los estados mentales es transitoria y podemos percibir cómo aparecen y desaparecen dando paso a un nuevo estado mental.

Los estados mentales son cambiantes, al igual que los paisajes a través de las estaciones, al igual que las fases de la luna.

La práctica que te propongo hoy es que elijas un recuerdo que describas como bueno o positivo. Observa lo que tu cuerpo siente frente a este recuerdo, observa el estado de tu mente frente a él, observa los pensamientos que surgen con este recuerdo, tal vez la asocies con el amor, la generosidad, la sabiduría, la alegría, la confianza.

Elija ahora un recuerdo que, por el contrario, califique los valores como malos o negativos. Aprecia cómo responde tu cuerpo a las imágenes que evoca este episodio, observa el estado de tu mente frente a él. Tal vez lo asocies con la preocupación, el egoísmo, la imposibilidad de aceptar algo, con la estupidez, con la rigidez.

Observa cómo surge y desaparece un estado mental y el impacto en tu cuerpo-mente.

Así como has elegido evocar un recuerdo u otro, puedes obtener un estado mental u otro.

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